Llueve, corazón llueve

lunes, 6 de julio de 2009

 


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..."Si la lluvia llega hasta aquí,
voy a limitarme a vivir,
mojaré mis alas como el árbol o el ángel...
o quizás muera de pena"...
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Día lluvioso, “que triste me pone la lluvia”. Frase gastada si las hay.
Ahora yo pregunto, ¿Por qué esa asociación del clima con la tristeza?. La respuesta es “no se”, pero debo admitir que yo adhiero y soy parte de ese misterio, ese madito cliché ultrajando la reputación de esas pobres gotas que caen del cielo.
No encuentro relación del ciclo del agua con el ponerme cara a cara con mis amores mal paridos, con esta alegría como recuerdo lejano de alguien que no se si fui yo, con las piedras que me voy poniendo en los zapatos de mi vida.
No se, pero hay algo con tintes dramáticos en ese cielo gris (encapotado, dirían los nonos). Tal vez sea la relación gotas – llanto, la que pega duro en el inconsciente. Vaya uno a saber el origen de esa conexión innegable entre estos hechos.
Pero ahora que lo pienso, vuelvo un rato a mi infancia, recuerdo que la lluvia era una bendición, bien recibida con rituales paganos improvisados. Las opciones eran varias, picado en el barro, salir a nadar a las zanjas (si, ahora que lo pienso era asqueroso y peligroso), o la mejor, salir a empujar autos que se quedaban parados en las calles con agua estancada, a cambio de algunas moneditas, tarifa a conciencia de los conductores (algunos llegaban a darnos algún billete y todo). Sí, definitivamente la lluvia era una bendición, un guiño de dios tal vez.
Entonces de golpe vuelvo a mis 23 gastados años y pienso, ¿esto de la tristeza a causa de la lluvia viene por el correr de las experiencias?, ¿será que el agua nos hace arder las cicatrices de las heridas mal curadas de todo este tiempo que pasó?, ¿o tal vez esta vejez hace que la humedad cale hondo tanto en los huesos como en el alma?...
En definitiva, no se si tengo las herramientas y las ganas de hacer un psicoanálisis de la sociedad y sus comportamientos costumbristas ante ciertas situaciones como la lluvia. Así que debería dejar un poco de lado estas cuestiones antropológicas, que a (casi) nadie importan.
Sí, mejor me ocupo de otras cosas mas importantes, por ejemplo de que la humedad me está atacando directamente a los huesos y al alma, de estas cicatrices de antaño ardiendo bajo el yugo de las gotas, del café que me estoy tomando para calentarme las manos y los sentimientos…o de estos recuerdos inexistentes y/o sobredimensionados apuñalando el centro de mi pecho (tirando siempre al lado izquierdo de este).
Sí, en este momento me inquita mas el haber salido a sacar la basura, y al querer volver, llamé a la puerta de
las buenas sensaciones y nadie me sale a atender. Seguramente no quieren que les manche el piso con mis pies embarrados de tristeza…
ah,porque no se si te lo dije, pero afuera, justamente ahora, está lloviendo…
...

Ivanchi

2 dale, decilo:

Dana dijo...

Genial! Me encanto, me encanto lo que escribiste ivan, sinceramente eso es verdad. De chicos vemos las cosas de manera diferente, tambien recuerdo que con mi prima y hermana siempre que llovia nos saliamos a mojar y a jugar con el barro. Ahora un dia de lluvia es totalmente deprimente (mucho mas si es un domingo) y peor aun si se te corta la luz
(estaria bueno salir con algun paraguas bajo la lluvia, pero nunca lo hacemos, o por lo menos yo no)

Espero que te de el tiempo para poder ir a ese taller :)
Saludos!

Anónimo dijo...

También los días de lluvia pueden llegar a ser lindos y regalar gratos momentos... claro, son poco frecuentes esos... que se yo.
buaaaaaaaaaa
si, me fui al parque a planear la revbolucion peronista al final eaaaaaaaaaaaaaaa