la gente tiene mucho miedo”….
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Así dice Fito..y yo adhiero.
La humanidad es el timón del miedo. Nos movemos al compás de las corcheas y semifusas del temor.
Prejuicios, aprensiones, rutinas del alma instaladas desde milenios en nuestra cultura llena de tabúes. Nacemos condicionados, transcurrimos la vida entera callándonos cosas o dejando pasar de largo trenes a los que quisiéramos subir, pero por convencionalismos, por no traicionar las normas que nos imponemos a nosotros mismos, solo nos quedamos en vía muerta, viendo vagones llenos de oportunidades alejarse, sueños agitando un pañuelo diciéndonos “chau”…
Y así podría seguir describiendo lo que veo alrededor, pero la idea se entendió, y así me doy pié para ir a lo importante…
Para llegar a hablar de los héroes que también me rodean, a los que aplaudo, así sea en silencio, a los que admiro y trato de imitar…a los que se atreven a sortear y traspasar esas rayas, límites absurdos que impiden hacer lo que realmente se desea.
Para esa gente divina no hay tabúes, no conoce…”tener otra fe que la piel, ni mas ley que la ley del deseo”…
Personas que se dan cuenta de que la vida es un cuento que se puede ir escribiendo por uno mismo, con la tinta de las lágrimas, de la sangre, de la fiebre de un ferviente anhelo.
Seres humanos como vos y yo, que saben que el momento de empezar a vivir, es justamente cuando los demás se detienen. Y todo lo que venga de ahí en más, asi sea dolor, será bienvenido. Es preferible vivir el peor de los desengaños, a que te lo cuenten al final de la película.
Gente que todos los días se levanta y se pregunta lo que nadie, “si no hago lo que realmente deseo hoy…¿Cuándo lo voy a hacer?”…
“Locos lindos” que contagian las ganas de ser protagonistas, que te enseñan que primero golpeas la puerta de la aventura, después te fijás si era para vos, pero mientras tanto, la vivís, la sentís en carne propia.
Y después el lado B de las cosas, como siempre…
Darse cuenta que no hay nada que te deje mas solo que tratar de mostrarle todo eso a alguien que nació en la vereda de en frente, que es como dar un discurso en chino para rusos sordos que miran para otro lado, y para colmo de males al final del discurso solo atinan a mirarte de costado.
Y ahí es cuando surge la palabra mas crítica de todo este embrollo…”encajar”.
Es obvio que los locos son minoría, por eso el mundo marcha tan “bien” con sus deberes éticos y morales, por eso todo está en orden…por eso la humanidad vive con esa cara de culo y extrañando a quien podrían tener al lado.
No encajan, no hay forma, siempre solos, aislados, ni mejores ni peores…distintos. Siempre tirando la piedra que los demás se guardan en los bolsillos y se revientan las muelas por arrojar. Siempre gritando lo que los demás callan por ser buena gente.
Desiertos en la multitud, treguas de cartón a la soledad, siempre yendo mas allá de lo que los demás ven o dicen…
Siempre emocionándose cuando los planetas se alinean y se cruzan con un colega, otro loco que les hace ver y sentir que no van tan errados, que el precio de abrir los ojos bien grandes cuando los otros se los tapan, es la soledad…pero bienvenida sea, porque ese encuentro, ese choque con un ser, una canción, un libro, o una nube con quien compartir las ideas, hacen que el viaje valga la pena.
Se viven momentos duros, (nadie nos prometió un jardín de rosas), pero se vive en paz con el alma (no así tanto con el resto de los mortales), tal vez pasen por incomprendidos, por egoístas, soberbios….tal vez lo sean…y tal vez sean mucho mas que eso…
Tal vez demasiado locos…tal vez demasiado cuerdos…
Pero de algo estoy seguro, cuando los escucho cantar, cuando escucho decir lo que yo pienso, cuando veo como se lastiman por arriesgarse a algo que nadie haría, cuando leo las reflexiones de esas mentes extravagantes, cuando observo su sonrisa pícara que les arranca ver a los demás sufriendo por no afrontar…
Siento que realmente a veces está bueno no encajar…y las dudas sobre si esta bien o mal el camino a seguir se disipan…y vuelvo a sonreír