Parece estar inexorablemente convencido de su fracaso: no se otorga la mínima posibilidad de tener éxito, pero si la obligación de ser empecinado, sin importarle mayormente frente a cuantas negativas deba estrellarse. Yo no sabría decir exactamente si el espectáculo es patético, repugnante o sublime, pero creo que nunca podré olvidar la cara (¿serena?, ¿resentida?) con que el hombre recibe siempre el resultado negativo de la prueba y la semirreverencia con que se despide. Alguna vez lo he visto por la calle, caminando despacio o mirando simplemente el río de gente que pasa y que quizá le inspire alguna reflexión. Creo que jamás logrará sonreír.
Su mirada podría ser la de un loco o la de un sabio o la de un simulador o la de alguien que ha sufrido mucho. Pero lo cierto es que, cada vez que lo veo, a mi me deja una sensación de incomodidad. Como si yo fuera en parte culpable de su estado, de su miseria, y – lo peor de todo- como si el supiera que yo soy culpable.
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Benedetti - "la tregua"...
2 dale, decilo:
Definitivamente es el proximo libro a comprar :)
mui lindo esoo,, siempre aca todo es lindoo :) espero qe estes bien ivanchii !! cuidatee!
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